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El mito de la educación

  • Beatriz Ramírez 1º Bachillerato
  • 29 feb 2016
  • 2 Min. de lectura

BEATRIZ CAMPANERO/ Estudiante de Ed.Secundaria



Uno de los principales problemas en España es la educación, un tema que con el paso del tiempo se ha convertido en algo sin importancia para la mayoría de ministros de educación. Cualquier ley educativa que se sugiere parece ser conveniente para nosotros, pero nadie nos ha preguntado nunca qué creemos, o no, que sea conveniente.


Alumnos y profesores no solemos estar nunca de acuerdo, pero a menudo ambas partes coincidimos en que la educación española es mediocre. Entonces si ni profesores, ni alumnos creemos que esta sea la educación conveniente, ¿quién lo decide?


Comparemos la educación con el mito de la caverna. En este mito Platón propone los siguiente: en una caverna hay dos personas que llevan toda la vida encadenadas a una pared, detrás de la pared hay un pasillo por el que pasan hombres con una especie de palos en la mano que tienen en la punta una figura, una especie de marioneta. Tras el pasillo hay una antorcha que proyecta en la pared contraria de la caverna las figuras de las marionetas (casas, animales, personas…), de tal forma que lo único que conocen los prisioneros son esas proyecciones.


La educación es como la proyección de la caverna. El gobierno tapa la luz con lo que ellos quieren que veamos, que aprendamos. La educación es una tapadera para que no veamos la realidad y pensemos de cierta forma según le convenga al gobierno, no a nosotros. Por eso, la educación no está en nuestras manos, siendo ellos quienes encaminan la educación hacia un futuro que quieren conseguir. La educación debería ser algo firme, pero actualmente es como un juguete. Constantemente se está cambiando. Estamos acostumbrados a memorizar información y vomitarla en un examen para ser evaluados como números. Nos están educando como a ‘’ratas experimentales’’ y cada vez nos sentimos más asustados con lo que el futuro nos pueda preparar.


El día que salgamos de la caverna nos vamos a encontrar con una realidad totalmente distinta de la que nos han mostrado. Y, aun así, en el mundo laboral seguiremos siendo juguetes, ‘’ratas experimentales’’.


Tristemente esto es así, y la solución es salir de la caverna cuanto antes, ver la realidad a tiempo para aprender a jugar como ellos, a llevar sus marionetas.




 
 
 

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