La independencia catalana

CC GERALT/ Imágen simbólica de la independencia

Actualmente, la independencia de Cataluña es un tema muy recurrente. En las elecc- iones catalanas de 2015, el 40% de los votos fueron destinados al sí de la independencia. Por lo tanto, la mayor parte de la población catalana no desea la independencia, entonces, ¿por qué vamos a permitir que se independicen, si la mayoría de su población no está de acuerdo?

En primer lugar, Cataluña siempre ha pertenecido a España, desde su origen hasta nuestros días. Asimismo, el Tribunal Constitucional nunca debería aprobar un Estatuto autonómico que proclame cualquier región o territorio español como nación. Por consiguiente, este tribunal vela por el cumplimiento de la Constitución, que en su artículo dos dice: “...la insoluble unidad de la Nación española” y sentencia que “ la Constitución no conoce otra que la Nación Española.” Por añadidura, Cataluña tiene que aportar al estado español porque de eso dependen también sus ingresos.

Si Cataluña se independizase, sus ventas a nuestro país se reducirían de manera notable, ya que sus relaciones con algunos países de la Unión Europea son favorables debido a su puerto o a su posición geográfica. Cabe señalar que Cataluña implica actualmente el 18% del PIB español según datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística. Este porcentaje se sitúa por encima de la media española, de un 0%.

Otro rasgo de la razón por la cual Cataluña no puede convertirse en nación es que su independencia sólo puede dictarla el pueblo español, el depositario de la soberanía.

Son muchas las razones: culturales, históricas, políticas y económicas. Si la mayoría de su población no desea la independencia, la evidencia es muy clara. Si este no fuera el caso, aún así las comunidades autónomas españolas tendrían que aceptar,teniendo en cuenta que la soberanía recae sobre el estado al completo.